Anécdotas
¡Hola a todos! ¿Cómo están? Espero que BIEN. En este artículo vamos a
hablar sobre anécdotas y escraches, momentos que si tuvieras el poder de volver
el tiempo atrás y borrarlos lo harías, yo cuento los míos y vos luego acordate
de los tuyos y sí te animas, coméntalos. Jajaja.
Bien, haciendo un recorrido por mi corta vida (solo 15 años), salta la primera anécdota, yo tenía un año y dos meses y era la época para comenzar a caminar solo, bueno, mi mama me cuanta que no podía caminar muy bien, me caía a cada momento y siempre tenía una que otra herida; otra es cuando tenía dos años y fuimos a la plaza a sacarnos fotos, era mi turno y me largue a llorar que tuvo que venir Romina, mi hermana, a calmarme; la siguiente anécdota puede ser cuando tenía 4 años, que me tenía de protagonista a mí y mi hermana Antonella que tenía unos 3 años, teníamos en el jardín unas plantas de hojas grandes, bueno una tarde jugando cortamos unas hojas y nos las comimos, nos comenzó a picar la boca y luego se nos hinco, estuvimos todo un día en cama. Mi mamá nos dice hoy que casi nos morimos, pero fuimos muy traviesos como para comernos hojas de plantas.
Otra anécdota sale cuando comencé el Kínder (que sería el Jardín o el
Preescolar), el segundo día de clases fui muy tranquilo pero la cosa se ponía
mal cuando mi mamá se iba, al entrar a clases me senté y paso un rato y le
pregunte a la señorita si podía ir al baño pero no era para ir al baño sino
para ir con mi hermana Romina, salí del aula y corrí hacia la suya, al entrar
ella estaba en plana clase, pero el asunto es que no fui y abrace a mi hermana
sino que una compañera que se parecía mucho, fue tanta la vergüenza que sentí
yo y Romina.
Otra puede ser cuando ya estaba bien adaptado al Kínder, íbamos
con mis hermanos al colegio en micro (línea o colectivo), bueno, al llegar al
mercado Campesino (que era donde nos bajábamos para luego caminar hasta al
colegio), el micro paro y se abrieron las puertas y yo me baje sin preguntar a
mis hermanos si había que bajarse, cuando estaba en la vereda mis hermanos me
dijeron que me subiera pero el micro avanzó y yo me asuste y le dije al chofer
“¡no se lleve a mis hermanitos!”, bueno la cosa fue que llore un poco y el
micro paro porque ahí era su parada y mis hermanos bajaron y me dijeron “¿Por
qué te bajaste?” y se rieron. La siguiente anécdota puede ser cuando viajamos
desde Bolivia a Argentina, en la terminal de Córdoba estábamos esperando el
colectivo que va a Bahía Blanca, la espera era casi medio día, entonces
aproveche para usar las escaleras mecánicas y para pasear por la terminal, pero
el tema es que exagere el paseo que me aleje mucho de mi familia y fui a parar
al otro lado de la terminal, no estaba asustado sino un poco preocupado,
mientras miraba como el jardinero regaba las plantas de la terminal se me
acerca un policía que me pregunta si me había perdido, yo le digo que sí,
entonces el usa su bobi toqui para comunicar que se encontraba perdido un niño
de 5 años y avisa que los padres de dicho niño se acerquen a buscarlo, cuando
llegan mi mamá y hermanos me retan y me dicen que no me aleje más, que a los
niños que se pierden los raptan y los hacen picadillo, Dios me dejaron muy
traumado.
Bueno, esas son algunas de las anécdotas que tengo archivadas en mi
corta vida, ahora te animo a que te pongas a recordar algunas tuyas. J